A punto de cerrar el 2016, Enrique Carazo, presidente de la Fundación contra la Hipertensión Pulmonar nos trae una maravillosa noticia que nos llena de alegría y esperanza.
Madrid, 29 de diciembre de 2016
¡En la Fundación Contra la Hipertensión Pulmonar (FCHP) estamos de enhorabuena!
Nos encontramos inmensamente felices por la evolución del Proyecto Empathy y el futuro que empezamos a vislumbrar en él, cada vez más asentado y maduro.
Desde su creación, está Fundación ha apostado por la investigación como una forma poderosa de luchar contra la hipertensión pulmonar. El programa de investigación Empathy nació en 2014 con el objetivo de obtener métodos diagnósticos que permitieran detectar antes la enfermedad y tratamientos que detuviera su avance y aportaran calidad de vida a los afectados, con la ambición última de obtener la curación.
Con el máximo esfuerzo de la FCHP y la inestimable ayuda de especialistas clínicos y científicos como el Dr. Barberà, el Dr. Gómez Sánchez, la Dra. del Cerro o el Profesor Pérez Vizcaíno entre otros, el proyecto Empathy fue aprobado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), dependiente del Instituto de Salud Carlos III. Dicho proyecto tenía un presupuesto de 2.500.000 € para el periodo 2015-2017 y contaba con la participación, junto a la FCHP, de 10 hospitales, 4 universidades, el Centro Nacional Investigación Cardiovascular (CNIC) y 7 colaboradores internacionales.
A nosotros nos parecía una cifra inalcanzable y modestamente hemos tratado de aportar todos los granitos posibles, alcanzando un total 162.000 €. Dicha aportación se suma a los fondos aportados por el CIBERES al proyecto y las ayudas a la investigación que el consorcio de investigadores, integrado por más de 15 grupos, ha sido capaz de obtener tanto de organismos públicos como privados. En definitiva, tenemos un programa de investigación Empathy robusto, con una maquinaria de investigadores perfectamente engrasada y, lo más importante, que trabaja coordinadamente, lo que garantiza en gran medida la rapidez en los resultados.
En los dos años de andadura del proyecto ya se han obtenido resultados de gran interés, que sin duda se consolidarán en el tercer año. Actualmente somos muy optimistas con el futuro del Empathy, tanto por su desarrollo como por la cantidad de ayudas económicas recibidas. Así, afrontamos el último tramo de este primer Empathy con garantías de su financiación (solo faltan 70.000 € respecto a la cantidad inicialmente presupuestada) y ya podemos empezar a pensar en la financiación del próximo trienio y la siguiente etapa del proyecto, lo que se ha venido a llamar el Empathy–2. Esto era algo difícil de conseguir cuando comenzamos con Empathy.
Se ha consolidado un importante grupo de investigación, desarrollando las bases de funcionamiento y añadiendo cohesión y fluidez a la investigación en este campo.
Empathy ha iniciado diferentes líneas de trabajo esperanzadoras, como el desarrollo de modelos experimentales para reproducir la enfermedad en el laboratorio; la adquisición de aparataje sofisticado para el diagnóstico mediante imagen molecular; el estudio de nuevos marcadores de actividad de la enfermedad como los microRNAs, que permitirán diagnosticar antes la enfermedad y hacer un tratamiento mucho más eficaz; y vías de tratamiento novedosas, como la de la vitamina D o la survivina.
Todo esto nos produce una inmensa alegría, porque supone además mantener una línea de continuidad en la lucha contra la hipertensión pulmonar. La Fundación mantiene su compromiso y confía en que se pueda consolidar un segundo trienio (2017-2020) del proyecto Empathy, que tenga el apoyo financiero que garantice su viabilidad, pudiendo llegar a nuestro resultado soñado, la curación, que ya la contemplamos más cercana.
En un lenguaje más llano, el Mercedes sin gasolina que teníamos al principio del proyecto Empathy, ha echado a rodar y ha tomado velocidad. Ahora necesitamos gasolina de mantenimiento para que no se pare hasta llegar a su destino.
Todo esto sería imposible sin los investigadores y especialistas que están participando en este proyecto multicéntrico de investigación, sin las instituciones públicas que nos han ayudado en su financiación y, cómo no, sin el apoyo y la financiación de personas anónimas y entidades privadas.
¡Nuestro inmenso agradecimiento para todos!
Firmado: Enrique Carazo