Hasta siempre, amigo
La hipertensión pulmonar se lo ha llevado. Nuestro querido Jesús, el chico de la eterna sonrisa, el que nos decía que era el que peor estaba pero que iba a aguantar más que nadie, el que llevaba sufriendo esta maldita enfermedad desde que era un niño junto a su madre Merche, ha fallecido con 35 años de edad.
Los que tuvimos la suerte de conocerte, Jesús, siempre te tendremos presente a ti y a tu madre como ejemplo de lucha constante contra una enfermedad a la que, tarde o temprano, venceremos. No podemos permitirnos que personas tan maravillosas como vosotros sigan sufriendo tantísimo y que se nos vayan con muchas cosas buenas aún por darle al mundo. Como dice Enrique Carazo, presidente de la Fundación: «Gracias por ser como eras y por la ayuda que siempre nos has dado a esta, tu gran familia de la Fundación. De nuevo se nos va otro trozo de corazón y nos quedamos con la impotencia de no poder hacer nada por quienes padecen la hipertensión pulmonar. También quiero mandar un gran beso a Merche, su madre, a quien daremos toda nuestra ayuda y apoyo para lo que necesite. Un beso, Jesús, y un beso doble para Merche».
Jesús participó en el vídeo de presentación de nuestra Fundación y en muchas actividades que hemos organizado desde entonces. Siempre dispuesto a dar todo lo que podía, siempre optimista, deja un profundo vacío en el corazón de todos los que le conocimos. Siempre le recordaremos así:
Hace algunos años, Jesús y su madre protagonizaron un reportaje en La Voz de Galicia que podéis leer desde aquí. Siempre con su buen humor, decía que «yo me comería el mundo, pero soy de esos a los que es el mundo el que se lo comería». Descansa en paz, amigo.